Buenos días amigos, hace tiempo que deje abierta este tema para que alguien lo continuase pero hoy he decidido seguirlo e intentar dar algunas pautas dentro de mi experiencia, que como siempre digo no tiene porque ser las mejores sino las que a mi y a mis amigos nos funcionan y ya hace 30 añitos que tengo perros.
Tened en cuenta que hablo de perros sueltos en la finca, perros de guarda y entendamos también finca como casita de campo, chalet, etc.
Comenzaré con el tema comida, como reusar la comida nuestro perro:
Hace unos 25 años ya entrenábamos los perros en grupo para que fuesen sociables y tuviesen un buen comportamiento en las exposiciones, mi amigo Longinos era el encargado de la obediencia y colocaba los perros en dos filas una frente a otra, el pasaba por el centro con un plato lleno de comida de cachorros, más rica en gras y más atractiva al olfato, el ofrecía la comida con la mano perro a perro, les dejábamos olfatearla pero cuando intentaban comerla les dábamos un buen manotazo en el morro a la vez que decíamos que NO, con bastante energía el NO, la prueba se repetía perro a perro y varias pasadas por cada uno, como ya los teníamos bastante adelantados en obediencia, los dejábamos en un circulo en PLAS, echados, y dejábamos la comida en el centro, entonces dejábamos solos los perros y los hacíamos estar unos cuantos minutos solos, cuando alguno intentaba levantarse el dueño decía con energía NO y si hacía falta cogía su perro por la correa lo llevaba a su lugar y con energía le obligaba a hacer de nuevo el PLAS. Algunos días después de terminar el trabajo nos tomábamos unos cubatillas en el club y aprovechábamos para entrar uno o dos perros, de nuevo volvíamos a ofrecerle comida pero otra persona distinta y en otro lugar que el perro no relacionaba como lugar de trabajo, pero el resultado era el mismo, olfatear SI, tomar NO, si algún perro cogía algo de comida el propietario le abría la boca presionándole con fuerza de forma que los dientes del animal dañasen sus “labios” y se le sacaba el pienso, con el consiguiente NO. Esto lo repetíamos con otras personas y en otros lugares. Ciertamente es bastante más brusco que hablarle con cariño e intentar hacerle un cursillo de sicología animal para que no coja comida de nadie, pero es muy eficiente.
En la finca es un poco más fácil ya que no hace falta obediencia, inyectábamos tabasco en las longanizas y en trozos de carne, cordero, ternera, pollo, cerdo, no utilizábamos nunca la misma ya que perro podría relacionar olores con el castigo, otras veces utilizábamos pienso del que el animal comía a diario, un desconocido, llamémosle EL MALO, arrojaba por encima de la valla estos suculentos alimentos previamente tratados, el paso siguiente era dejar los perros libres, imaginaros los malos ratos que pasaban,,, ciertamente éramos generosos con el tabasco, como comprenderéis el animal deja de comer nada que pueda encontrar fuera de su lugar de habitual de comida, el tema estaba en rizar un poco más el rizo, hay que tener claro que los animales tiene que comer en su plato y que lo que hay fuera no es bueno, por lo que después de ponerles comida en su plato echábamos un poquito de pienso tratado a unos pasos de su plato y claro otro mal rato por comer fuera de su lugar, esto no es muy agradable de hacer delante de los niños pero es mano de santo, lo que se pretende es que no coma nada tratado y que no nos los envenenen, el amor y el cariño es para toda la vida del animal y si unas tardes hay que comportarse como un cabroncete…. Pues hay que hacerlo.
Morder o ladrar en la valla o en la reja.
Esto es lo peor que puede hacer vuestro perro, pensamos que es un gran guardián, que lo es, pero lo estamos exponiendo a una muerte segura y normalmente no muy agradable.
La mayoría de los perros de una finca no se matan a tiros, se matan con una simple barra de hierro con punta. Cuando el perro se tira contra la valla se le apuñala, un ladrón no lleva armas, si lo coge la poli lo mete en la cárcel, pero una barra de hierro no te lleva a ningún lado, sobre todo si dicen que la acaban de coger del suelo, por lo tanto hay que evitar que el perro se acerque a menos de un metro de la valla y mucho más que se ponga con las patas apoyadas sobre ella.
Para hacer esto hay que tener dos cosas muy claras, nunca se lo hagáis a un cachorro y menos a un perro débil de carácter. El trabajo es muy sencillo, el MALO pasa de vez en cuando o alguna tarde a hacer que tu perro le ladre, le deja morder trapos y emprende la huida, como comprenderéis vosotros tenéis que animar al animal y felicitarle por que ha hecho un buen trabajo, cuando el perro ladra ya a todo el mundo, que es cuando ya lo hemos convertido en un buen guardián, seguro de el mismo y poderoso, comenzaremos con el trabajo de alejarlo ese metro o metro y medio de la valla, como digo muy sencillo, hay que dejarlo hacer su trabajo, ladras al malo, pero esta vez el malo en vez de trapos lleva laca o espray de protección, este espray es un poco más complicado de conseguir, como comprenderéis el pero quiere morirse de escozor, el MALO debe de emprender la huida y tú tienes que acariciar y limpiar los ojos con un paño húmedo y fresco a la vez que lo felicitas por haber espantado al malo, cuando el perro haya pasado unos días por este trance el solo toma la distancia, de todas formas sería conveniente que le pongáis un collar de trabajo con su correspondiente correa y otro día cuando vuelva el malo lo mantengáis a un metro o metro y medio de la valla mientras el ladra al malo, este tiene que enseñar el espray de laca o el que se haya utilizado pero sin pulverizar, cuando el perro ladre un ratito, el malo tiene que emprender la huida, y vuestro perro volverá a fianza su confianza y su seguridad.
Como he dicho al principio, no se pretende que agrade más o menos el sistema, lo que se pretende es conseguir nuestro fin, que no es otro que conservar la vida de nuestros amigos. Y lo dicho así lo hemos hecho nosotros durante años, jamás me han matado un perro, en cambio sí que me envenenaron una cachorra hija de EIKO V KIRSCHENTAL, por eso comenzamos con este sistema y ya jamás se produjo ninguna otra baja.
Antonio Bernabeu
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